morera ancestral,
tronco con hormigas
y hojas de cristal.
Y el mar brillante,
el mar.
La abuela cosía
su tela de azahar.
El abuelo ardía
en pipa de paz.
Y el mar brillante
allá.
Ojos de familia
de morera, sal
mirando las lilas
del jardín y el pan
Y el mar brillante,
cantar.
Libélulas iban
del árbol de hogar
hasta la cocina
abierta al zaguán.
Y el mar brillante
buscar.
Tórtolas nacidas,
ecos de verdad,
caracolas vivas
en ramas de paz.
Y el mar brillante
tocar.
Niños de alegría.
Morera. Juglar
era la caricia
de la libertad.
Y el mar brillante,
el mar.
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