martes, 25 de marzo de 2014

Canción del lienzo de aire, de Lienzo del aire

Mi corazón
tómalo,
mi corazón.

Lienzo de aire la vida.
Nacía la primavera
con su polen y sus lirios
y pulseras de la hiedra.

El calor de la espesura
exultante dio belleza
a la hierba de los campos
con nuestras palabras nuevas.

Mi corazón
tómalo,
mi corazón.

Lienzo de aire la vida.
Tendí mis manos, cometas
soñadoras, altas, altas,
altas en brazos de cuerdas.

Y las llevé hasta tu pelo
y más arriba, a las puertas
del universo. Ponían
pinceles sobre la Tierra.

Mi corazón
tómalo,
mi corazón.

Las golondrinas jugaron
con las cigüeñas serenas.
Las tardes y los nocturnos
violines el amor eran.

Espigas de las mañanas
rozaban pieles enteras,
lienzo de aire la vida,
cotidiana primavera.

Mi corazón
tómalo,
mi corazón.

martes, 18 de marzo de 2014

De nuestro padre a nuestra madre, de Lapiceros en el tejadp

Dentro de ti                          Brindas por la alegría,
el agua,                                 parirás el mañana,
placenta y ámbar,                 respirarán las aves
los hijos,                               en labios de granadas.
madre manzana.

Abiertos los jazmines           Dentro de ti
de las estrellas altas,             el agua,
incienso y paraíso,                placenta y ámbar,
almas como ventanas.           los hijos,
                                              madre manzana.

El cáliz de la Tierra             Y cuando te recuerdes
en cigotos al alba,                con cabeza de plata
los excelsos gorriones         la estirpe abrazará
con músicas prendadas.       tu nombre sin espadas.

Dentro de ti                          Propicia para el mundo,
el agua,                                 mujer, te enamorabas
placenta y ámbar,                 de tu vientre y de ti
los hijos,                               y yo te esperaba.
madre manzana.

Y la humildad es fácil,         Dentro de ti
la pulsera encantada             el agua,
de tus manos de leche          placenta y ámbar,
o de tus pies de hada.           los hijos,
                                              madre manzana.



miércoles, 12 de marzo de 2014

INFINITESIMAL, ABSTRACTO, CONCRETO, INFINITO


Infinitesimal.
Abstracto.
Cuásares vibrando en el cero del tiempo.
Polvo celeste de expansión y contracción.
Andrómedas vagando en el éter iridiscente.
Eones sobrevolando millones de centurias, millones de años.
Puntos de masa inmensa devorando luz, devorando soles.
Una primigenia explosión de ecuaciones químicas en el vértice de la nada.
Dibujos imaginados de puntos a siglos de distancia.
Soles engarzados como el rocío en una tela de araña.
Galaxias como nubes de miles incesantes.

Más cerca atmósferas de azufre, de potasio, de veneno.
Moléculas de carbono sobre mares radiactivos.
Y células que medran bajo toneladas de agua.
Y vida y muerte, y otra vez vida y otra vez muerte.
Y otra vez millones de años.
Y huesos, fuego, herramientas, campañas, tecnología.
Y poder, y servidumbre, y evasión, y fé.
Y al final mi propia vida sin sentido,
mi propia muerte sin sentido.

Pero mi rostro en las pupilas de mis hijas,
tu ropa interior asomando en un cajón de la cómoda,
Y la curva de tu cintura sonriendo entre las sábanas,
tan concreta
e infinita.


martes, 11 de marzo de 2014

Once eme

No matarás.
Si existe un paraíso,
es para los desarmados.
No matarás.
Los trenes llenos de bombas
y de espanto.

La mujercita rizada
se había jubilado
con su candor.

El nervioso ejecutivo
conversaba por el móvil
con un amor.

Una madre musulmana
abrazaba a su hijito
con un mantón.

Unos chicos negros y altos
eran  coro de su tierra,
como una voz.

Varias universitarias
repasaban  un examen
en el vagón.

La parejita reía,
se dan besos muy cortos
y su calor.

El chino de la ventana
recordaba el loto abierto,
su corazón.

Otros turistas cansados
sujetaban las maletas
y una flor.

Y así, tu padre, tu hija,
tu hermano, tu amigo o novia,
mi propio yo.

No matarás.
Dios lloraba por los vivos
y por los crucificados.
No matarás.
Los trenes llenos de alondras
entre los llantos.






miércoles, 5 de marzo de 2014

EL CAMINO DE TU VERDAD



A mi amigo Jose

El camino de tu verdad recorre selvas
llenas de ojos salvajes y de savia amarga,
acaricia sonidos y destellos, intuye y acecha,
siempre en la penumbra y en susurros.

El camino de tu verdad desciende a infiernos
de color púrpura, a templos de sudor y espejos,
donde la oscuridad es hija de la prisa 
y hermana clandestina del deseo.

El camino de tu verdad no cruza amplias avenidas
a mediodía, ni pasea enlazado por los parques,
ni se muestra en tu frente para que todos lo vean,
sino que es sinuoso y secreto como un pasadizo.

El camino de tu verdad está lleno de espinas
pero es puro y valiente como tu eres,
aunque tu amor sea un milagro más grande que el mío,
y aunque tus penas sean más tristes que mis penas.

IX-93

Mirando

Tus ojos son como la noche fría y distante,
como estrellas con luz que quieren brillar más.
Son como enredaderas trepadoras exhaustas
que quieren llegar muy alto y no pueden.
Tus ojos son como dos conchas perdidas entre los corales
que quieren encontrarse y no pueden.
Y tu mirada es lejana y a la vez cercana;
fría y a la vez cálida.
Es como el mar incansable chocando contra las rocas;
es fuego y a la vez agua.
Tu mirada es como un río desbordado buscando su cauce.
Es como dos personas que se quieren encontrar
y no se buscan.

lunes, 3 de marzo de 2014

Caballos del tiovivio vivo, de Lapiceros en el tejado

El caballito de ámbar
trota sobre las colinas,
al viento la crin salvaje,
tiovivo es cada día.

El caballito se come
la hierba que le acaricia,
se para junto a las piedras,
se sienta entre las encinas.

Corren las nubes de globo,
el sol es redonda isla
en los ojitos rasgados
del caballito que mira.

El caballito de ámbar
juega que juega en familia,
quince caballos que vuelan,
van y vienen, y relinchan.

Ha pasado la mañana,
la tarde dormita limpia
cerca del pueblito manso
de los álamos y espigas.

Caballitos de la tarde,
caballitos de la dicha,
son el alma de los niños
que, escondidos, los espían.

Con la luna y las estrellas
los caballitos se estiran,
con el color madreperla
del estío, ¡oh, maravilla!.

El caballito de ámbar
tiene en su corazón risa,
con él un cuento empieza
para un niño y una niña.

Mariposas,de Cántico el elipse

Íbamos de la mano.

- Quiéreme,
quiéreme de la mano.

Un néctar derramado,
principio de las obras
universales, halo
multiforme, ondeaba,
se prendía en un canto.

Quiéreme de la mano.

Íbamos de la mano.

- Quiéreme,
quiéreme de la mano.

A deshojados pactos
llevaban generosas
risas de nuestros años,
las que nos enhebraban
un tiempo madurando.

Quiéreme de la mano.

Íbamos de la mano.

- Quiéreme,
quiéreme de la mano.

Y eran puras las manos
y puro el rompeolas
de un paisaje con álamos
para lluvias delgadas
de colores y prados.

Quiéreme de la mano.

Íbamos de la mano.

- Quiéreme de la mano,
quiéreme,
quiéreme de la mano.