Son los manzanos íntimos
renacidos, imágenes
de febrero hilvanado
a pétalos de alba que son aves,
como alas
de los hombros de cada primavera.
Son los campos vestidos
de verde y oro, rojo, lila, blanco.
Son las nubes de pan anaranjado.
Son las noches con astros imantados.
Son las aguas templadas. Son las cumbres
que deshojan su nieve a lo lejos.
Son mis ojos que sueñan,
y miran
más allá de los éxodos del mundo
y de las crueles guerras.
Y creo florecillas
que solo ser quisieran.
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