viernes, 18 de abril de 2014

Saetas entre palmeras, dedicada a mi pueblo, La Torre de Esteban Hambrán.

Por la clara medianoche
el silencio y los faroles,
bajo los trajes de lirios
las mujeres y los hombres.

Un Nazareno y su Cruz
llevan claveles y acordes
y su Madre,  la Esperanza,
rozada por blancas flores.

Saetas entre palmeras
se ondulan como la noche,
curvando luna y estrellas,
cantando en los corazones.

Un milagro, el Nazareno
sin lágrimas, ay, no llores,
y su Madre también limpia
sus ojos, ay, no implores.

Y por un momento ocurren
juntas  dos resurrecciones,
la de la Virgen del Pueblo,
la del Jesús de los pobres.

Saetas entre palmeras
se ondulan como la noche,
curvando luna y estrellas,
cantando en los corazones.







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