miércoles, 26 de febrero de 2014

Tertulia con esperanza, de Lienzo del aire

La paloma no subestima aromas
de las migas de pan ni del abrigo
del palomar, ni la hormiga escatima
su arraigo, ni el nenúfar su temblor.
La flor quisiera ser multicolor
con idioma de diosa sin rencor.
Los delfines de lomos sinuosos
saltan sobre las olas, las animan,
mientras los pececillos son fogosos.
Los reptiles se duermen, tortuosos
cuando existen relámpagos del clima
Y las ranas parecen suntuosas
al borde de la charca o en las ruinas.
Una roca se ve voluptuosa,
se sueña diminuta y preciosa.
Y la atmósfera todo legitima
y el firmamento expande su taller.
Y aquí, mujeres y hombres sólo miman
a su prole y esperan no ser víctimas
ni verdugos, aunque a ellos les opriman
las calimas que vienen de las cimas
del poder, la violencia o el padercer.
La vida no son sólo los diplomas,
no podemos caer en los castigos,
ni correr sin ponernos la autoestima
como fiel dignidad del propio honor.
Nacer es acoger todo el amor,
vivir es proponernos ser calor.
No queremos perdernos en un pozo,
contraer los latidos, ver partidas
de metralla o bombas como hongos.
No queremos infiernos ni el decoro
hipócrita que estalla como mina.
Para la gente la Tierra preciosa,
ni explotación ni ley injusta o criba,
sólo cualquier destello de una obra
más fuerte que el dolor o la encerrona.
La vida podría encontrar sus rimas
en los ojos que no saben leer
y en los que saben darse sin medida.
Para la gente tan sólo una brizna
de corazón, un compartir que diga
dónde sentir un gesto, una delicia
de ángeles con un amor de sed.

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