lunes, 17 de febrero de 2014

Enarmónicos

Tus ojos llevan laurel
con gotitas de rocío
cuando me quieren cantar
porque los miro.

A veces son un trigal
con gorriones entre el trigo
cuando el aire va dorando
mis ojos íntimos.

Por tus ojos va el azahar
enlazando dos caminos
cuando liban mariposas
néctar de hilo.

La primera vez oí
tu voz como un haz de lirios
en tus ojos despertando,
corazón mío.

Y nací de tu mirada
y fue un parto infinito
que me otorgó su calor
para ser nido.

Quise ser gaviota y mar,
barquito y pez, red y aliso
bajo el sol y acantilado
y viento rítmico.

Quise ser montaña y valle
y meseta, pueblos, ríos,
para tus ojos que alumbran
todos mis bríos.

Tus ojos buscan estrellas
en las noches de albedrío
con los astros madreperla
de amor henchidos.

Son tallos de luz al alba,
y en el mediodía vivo
incrustan risas y sueños
con iris limpios.

Tus ojos tienen un mundo
con mis labios compartido.
Y mis ojos te los doy
sin sacrificios.

No me ciegan las palabras
que son en tus ojos vino
o son brújulas o tacto
de un dios antiguo.

















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