No lo toquéis, por favor, dejadlo.
No necesita juicios, no admite consejos,
no precisa comentarios.
No existe por ninguna razón más que por sí mismo,
no ha venido a alumbrar ninguna convicción,
no requiere aceptación, no pide pleitesía.
No entiende otro lenguaje.
Que no lo toquen los gestos manidos ni las convenciones,
que no se acerquen las pequeñas y grandes traiciones,
que se alejen las feroces fauces del miedo
porque lo devorarían sin piedad hasta su propia negación.
No lo toquéis, por favor, dejadlo.
Porque las deudas están pagadas y las promesas cumplidas,
porque no pide crédito ni auxilio,
porque es fuerte como un rugido salvaje
pero lo helaría una brisa maldita.
Es el momento y el hoy, y no ve más allá
que la inmensidad de su presente,
no es del pasado ni del futuro
y no comprende de sus leyes.
No lo toquéis, por favor, dejadlo.
Que no se acerque lo habitual, lo previsto,
que no lo manche lo que deba ser ni lo que se espera,
que no lo gobierne la razón, ni siquiera nosotros,
que se abstengan nuestra pequeñez y nuestra cobardía
porque no entiende ese lenguaje
ni puede obedecer esas leyes.
Dejadlo en el milagro de su desierto,
en el brote verde sobre la roca gris,
en la cuerda del equilibrista sobre un precipicio.
Porque no entiende otras leyes
ni habla otro lenguaje,
ni puede habitar otros espacios.
No lo toquéis, por favor, dejadlo.
no lo comenteis tampoco!!!
ResponderEliminar¿?¿?¿?¿?¿?¿
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