domingo, 28 de diciembre de 2014

Estío, de Cántico en elipse

En el estío rotundo se sentía en sí misma
la Tierra, que adoraba los fondos y las formas,
la curvatura exenta de la luna en la noche,
los tallos del anhelo, los pájaros del cénit.
Era la vida buena, la transparencia dulce,
y era la armonía aquel primer desvelo
que creaba en mí el signo de la naturaleza.

¡Hambre de amigo sólo saciaba con un nombre!
Todos los llantos nuevos de adolescencia hería
la noria de unas letras.Manantial inefable
son mis ojos, pregonan intacta esta memoria
porque el pecho a su guía reconoce y responde.

El corazón fraguaba la comprensión profunda
hallándose en los trazos de cítara de un cielo,
desplegando las voces inocentes del pulso,
mirando vastas sendas de la unidad posible
- lo imposible no pudo ceñirme la cintura-
y como algarabía yo me mostraba entonces.

Primitivos arroyos dormían por mi carne,
ellos me prometían olor de arquitecturas,
levantar las montañas de su raíz de ancestros
y mover las pasiones por contacto de hombros.
Los días, uno a uno, se multiplicarían,
la savia de un saludo cambiaría los gestos.

Yo pensaba en anillos engarzados y abiertos
de forma que cupieran en ellos más anillos.
Amaba sin medida, sin forzarme, cantando,
de par en par los bronquios, tal era la belleza.
Amaba, y por el alma germinaban celindos
y jazmines, mejillas y manojos de iris.

Mi cabello era hiedra, infinito sin sombra.
Me sentía horizonte del agua, de llanuras,
y de mínimas voces de jardines o cumbres,
un gen que conversaba con demiurgos tatuados
en las líneas del aire que rondaban los dedos,
con brotes de timbales en  pegasos de nubes
y con auras del rostro de arterias que fecunda
embriones que crecen y arrugas que conviven.

Bastaba la existencia, bastaba la persona
excelente, querida: sensación de gorriones,
hormigas, elefantes, delfines y culturas,
caballitos marinos de baile desgranado,
esa fórmula múltiple que es la misma ley.

¡Amor, ágil estreno de un mundo por el mundo!.
Yo buscaba caricias entre las estaciones,
soñaba verde plata en los chopos con copas
en clave, don de origen y de feliz regreso.

Y fui como quería el yunque de mis labios,
me forjaba inerme la vida sin fronteras.
Quizás es suficiente, pero tengo nostalgia
de mi primera lengua, de mi primera herida.


domingo, 2 de noviembre de 2014

Canción del sueño, de Lienzo del aire

Ventana ojival,
alondra y cantar.

La brisa en el trigo
de la voluntad.
Un deseo ha escrito
alas de azahar.

Ventana ojival,
alondra y cantar.

Ojos de mi amigo
por los míos van
y los ojos míos
le ofrecen mi pan.

Ventana ojival,
alondra y cantar.

El tiempo nos quiso
en otro lugar
pensar como niños,
pudimos jugar.

Ventana ojival,
alondra y cantar.

La alondra ha encendido
ritmos de cristal,
corazones líquidos,
cuerpos de coral.

Ventana ojival,
alondra y cantar.

Ventana con mimos,
verdad con verdad,
sueño del cariño
con flor de bondad.

Ventana ojival,
alondra y cantar.


sábado, 11 de octubre de 2014

Meditación del paria adulto, de El loto de los pobres

Esta piel de palmera olorosa
y esta lengua de bálsamo aterido
rozan tiempo de castas y memoria.

Pero ojos son luz. Los ciegos notan
la luz. La luz cincela las arrugas
con amuletos de besos de orfebres,
espíritus de ancestros en los genes.

Las orejas son vacas de la calle
y animales de los sueños etéreos.
Los brazos son las musas de la vida
que miran los dolores miserables.

Por los pulmones entran los anhelos.
En  esta boca hay textos de saliva.
Y los hombros se anudan como higueras.

Como vela encendida, la alegría
podría ser incienso o guirnalda
que un día a la justicia recibiera.

Este paria se sienta sobre el suelo
con toda la paciencia de la Tierra.
Y, aunque a nadie importara mi conciencia,
lavo con caracolas la tristeza
con la fuente que cae de las estrellas.

Fragmento de Canción del beso, de Lapiceros en el tejado

Como cristal
lleva su acento
la frágil alma
de cada beso.
Quiere callar
 y en el silencio
sabe quebrarse
como un eco.
Su olor a azahar
fiel, en secreto,
es un lagar
de vino nuevo.
Puede pensar,
red de misterio,
ser como anillo
o mundo abierto.

Y amar,
tan sólo amar,
creer,
sólo creer,
que nada
importe más,
tal vez
cómo querer
Y por la vida,
siempre aguerrida,
volver al beso,
y dar, besar...

Canción viajera, de Lienzo del aire

Caminarán los álamos
de nuestra lealtad.

¿Iremos al Oriente
del loto y la pagoda,
del dragón y el volcán,
del río y su corriente,
del elefante en paz?.

Caminarán los álamos
de nuestra lealtad.

¿Iremos al desierto
y al valle más fértil,
velo o al alminar
y al papiro y al eco
frontal, piramidal?.

Caminarán los álamos
de nuestra lealtad.

¿Iremos a la selva,
a la cascada, al niño
y a la niña sin pan
para besar la tierra
y hacer y pensar?.

Caminarán los álamos
de nuestra lealtad.

¿Iremos a otro sur,
al altiplano, al templo
de escaleras, al haz
de lianas, a la cruz
de un viejo cafetal?.

Caminarán los álamos
de nuestra lealtad.

¿Iremos a las piedras
y oráculos y al arte
próximo y secular,
y a bloques que se elevan
tras el océano, allá?.

Caminarán los álamos
de nuestra lealtad.

¿Iremos a las mezclas
de islas, al canguro,
a la guirnalda, al mar
en un barco sin guerra
con los peces detrás?.

Caminarán los álamos
de nuestra lealtad.

¿Iremos a la extensa
masa de los dos Polos,
al pingüino, a espiar
al oso, a la belleza
que un día llegará..

Caminarán los álamos
de nuestra lealtad.

¿Iremos de viaje
al espacio infinito,
sin naves, por hallar
el sentido del baile
de un astro, por mirar?.

Caminarán los álamos
de nuestra lealtad.




miércoles, 11 de junio de 2014

Múltiple y uno, de Cántico en elipse

Yemas de madrugada en los ovillos
de almendros, una rapsodia de agua
en la acequia, un mirlo renacido
habla dentro de crótalos del alma.

Cadena del paseo: pasos, campos,
olivos, huertas, corrales, inquietos
azahares de jornal en lechos altos.
¡Qué orfebrería tallan los requiebros!.

- El brío de los geranios, las puertas
de la luz te daría, mendigando
el ser de las galaxias en los arcos
articulados de las azucenas.

Desato mis sandalias. Y sonrío.
Me parezco a la espiga. ¡Si me vieras
tan cómplice columna de los trigos
desatando palomas!...Dios despierta.

Siento en mí tu semblanza paralela
con su rumbo de abrazos inocentes.
Vienen de tu sonrisa hasta mis trenzas
volátiles corolas y corceles.

- Las colinas, pendientes de las piedras,
cascadas clamorosas celulares,
criaturas que gravitan y que laten
en mis bordes y núcleos te rodean.

Ando por un camino. Ando y vivo
sorteando sabores de granadas,
atravesando un puente sin olvido.
Ando y vivo. Ya sé por qué se ama.

En la belleza curo mis heridas.
Este embelesamiento es un sentido
que toma del futuro una delicia,
que se asoma a sus ramas y a su nido.

- Donde haya mar, el mar. Donde los ríos,
los cauces te daría, y los milagros
que unen paralelo y meridiano.
Te daré lo complejo y lo sencillo.

Mis músculos, gratuitos y humanos,
son como las lavandas en racimo.
Llevo en los párpados sauces alados
y un susurro en mi cuerpo florecido.

Hombre de pan en paz, yo así te quiero,
inmanencia, pasión, voz donde existo,
donde la adoración trasciende el pecho
feliz, sin vencedores ni vencidos.


miércoles, 7 de mayo de 2014

Canción de las miradas, de Lienzo del aire

Dulce es el son,
yo tu garganta
y tú el cantor.

Brincan, cantan las miradas,
vuelan, rosas de candor,
leen instantes, doradas
raíces de nuestro amor,
hilan las manos labradas.

Dulce es el son,
yo tu garganta
y tú el cantor.

Recorren torsos, despejan
una herida o se diluyen
como las aves que dejan
las rutas por las que fluyen,
abren sangres que emparejan.

Dulce es el son,
yo tu garganta
y tú el cantor.

Con mi garganta te miro,
mi garganta se estremece
pues tu mirada respiro,
una mirada que crece
o es ternura en su retiro.

Dulce es el son,
yo tu garganta
y tú el cantor.

Aunque me funda en tu llama
o me ciegue una tormenta,
aunque la Tierra que clama
me torne frágil,  yo sienta
tu mirada que me inflama.

Dulce es el son,
yo tu garganta
y tú el cantor.

sábado, 19 de abril de 2014

Canción con requiebros,de Lienzo del aire

Galante y naranja
el mediodía
se pierde en el lazo
de nuestra dicha.

- Déjame que te quiera
toda la vida,
déjame que te cierre
melancolías.
que tienes en mi iris
la cercanía
y un enebro del mundo
del alma mía.

Galante y naranja
el mediodía
se pierde en el lazo
de nuestra dicha.

- Déjame que te quiera,
mujer de arcilla,
déjame que me quede,
novia sencilla,
que si el orbe muriera
tú abrirías
de nuevo cada astro
con tu sonrisa.

Galante y naranja
el mediodía
se pierde en el lazo
de nuestra dicha.


viernes, 18 de abril de 2014

Saetas entre palmeras, dedicada a mi pueblo, La Torre de Esteban Hambrán.

Por la clara medianoche
el silencio y los faroles,
bajo los trajes de lirios
las mujeres y los hombres.

Un Nazareno y su Cruz
llevan claveles y acordes
y su Madre,  la Esperanza,
rozada por blancas flores.

Saetas entre palmeras
se ondulan como la noche,
curvando luna y estrellas,
cantando en los corazones.

Un milagro, el Nazareno
sin lágrimas, ay, no llores,
y su Madre también limpia
sus ojos, ay, no implores.

Y por un momento ocurren
juntas  dos resurrecciones,
la de la Virgen del Pueblo,
la del Jesús de los pobres.

Saetas entre palmeras
se ondulan como la noche,
curvando luna y estrellas,
cantando en los corazones.







martes, 15 de abril de 2014

Amor, de Lapiceros en el tejado

En tu regazo armónico me hago lumbre y vida.
Tus ojos son corceles que trotan por la Tierra,
tus oídos un atlas donde nada se cierra
y tu lengua ternura vivida o presentida.

Puedes oler el agua, tocar la luz herida
o la sed liberada cuando el perdón no yerra,
sentir las estaciones o terminar la guerra
de una duda, labrarte la frente a tu medida.

Tú, amor, gran nácar mío de la ilusión alada,
la palabra que a oscuras sabe hablar con la noche,
tú, el  instinto que abraza la feliz madrugada.

Careces de fronteras y eres alma, un broche
que un orfebre me prende con boca enamorada,
prisión de libertad que inocencia derroche.

martes, 1 de abril de 2014

La entrega, de Cántico en elipse

El pecho era cobijo. Se adherían
los fósiles del vello y caracolas
versátiles al intento apretado
de inscribirse en alfares submarinos
y redimir los cuerpos hechos barro.

El pecho aderezaba sus mensajes
contemplando los rastros creadores
que quisieron un día claroscuro
divino, rodear acantilados
y peces, y mareas, y las playas
dinámicas de mentes tan preciosas
como orillas de escarcha de un océano.

Era el clima y era ecosistema
para las libertades, para todo
cuanto hubiera exstido o existiera
en esquinas de la historia del mundo,
coyuntura del bien. Todo era bueno.

Navegarnos, saber que se aprendían
espíritus de mástiles y ondas,
cánticos, ritual sin condiciones
para servir de alga o de subsuelo,
viento de superficie o rayo hondo.

Por toda la medida de las masas
sístoles y diástoles, impulso
gestando realidades, ritmo largo
con brújula encontrada en los pulmones.

Mi corazón de esponja, tan permeable
que ofrecía sus huecos al cimiento
de la entrega de igual para el igual,
vaivén de las preguntas y respuestas
era, hoguera de mar y hogar de hogar.

Quiero tener el pecho en el gorjeo
que me trajo la brisa, en ls instantes
marineros con gaviotas y redes
de sal en una alcoba enamorada.

Quiero que el pecho antiguo, que ha viajado
más allá de sí mismo, que ha escuchado
ecos de continentes, tempestades,
olas de sol anclado en el respeto,
bailes de las anémonas del alma,
que ha interpretado tantas perspectivas
y asombros, que ha pintado sus corales
y sus barcos y que sigue arriesgando
su tacto y su perfume porque quiere
sea la esfinge de proa de mis ojos.

Es el pecho mi ángel altruista,
amado, amante, amor para los pechos
de la vida, para la descendencia
Hermosa de todo pecho que brinca
en un pleno regazo regalado.

martes, 25 de marzo de 2014

Canción del lienzo de aire, de Lienzo del aire

Mi corazón
tómalo,
mi corazón.

Lienzo de aire la vida.
Nacía la primavera
con su polen y sus lirios
y pulseras de la hiedra.

El calor de la espesura
exultante dio belleza
a la hierba de los campos
con nuestras palabras nuevas.

Mi corazón
tómalo,
mi corazón.

Lienzo de aire la vida.
Tendí mis manos, cometas
soñadoras, altas, altas,
altas en brazos de cuerdas.

Y las llevé hasta tu pelo
y más arriba, a las puertas
del universo. Ponían
pinceles sobre la Tierra.

Mi corazón
tómalo,
mi corazón.

Las golondrinas jugaron
con las cigüeñas serenas.
Las tardes y los nocturnos
violines el amor eran.

Espigas de las mañanas
rozaban pieles enteras,
lienzo de aire la vida,
cotidiana primavera.

Mi corazón
tómalo,
mi corazón.

martes, 18 de marzo de 2014

De nuestro padre a nuestra madre, de Lapiceros en el tejadp

Dentro de ti                          Brindas por la alegría,
el agua,                                 parirás el mañana,
placenta y ámbar,                 respirarán las aves
los hijos,                               en labios de granadas.
madre manzana.

Abiertos los jazmines           Dentro de ti
de las estrellas altas,             el agua,
incienso y paraíso,                placenta y ámbar,
almas como ventanas.           los hijos,
                                              madre manzana.

El cáliz de la Tierra             Y cuando te recuerdes
en cigotos al alba,                con cabeza de plata
los excelsos gorriones         la estirpe abrazará
con músicas prendadas.       tu nombre sin espadas.

Dentro de ti                          Propicia para el mundo,
el agua,                                 mujer, te enamorabas
placenta y ámbar,                 de tu vientre y de ti
los hijos,                               y yo te esperaba.
madre manzana.

Y la humildad es fácil,         Dentro de ti
la pulsera encantada             el agua,
de tus manos de leche          placenta y ámbar,
o de tus pies de hada.           los hijos,
                                              madre manzana.



miércoles, 12 de marzo de 2014

INFINITESIMAL, ABSTRACTO, CONCRETO, INFINITO


Infinitesimal.
Abstracto.
Cuásares vibrando en el cero del tiempo.
Polvo celeste de expansión y contracción.
Andrómedas vagando en el éter iridiscente.
Eones sobrevolando millones de centurias, millones de años.
Puntos de masa inmensa devorando luz, devorando soles.
Una primigenia explosión de ecuaciones químicas en el vértice de la nada.
Dibujos imaginados de puntos a siglos de distancia.
Soles engarzados como el rocío en una tela de araña.
Galaxias como nubes de miles incesantes.

Más cerca atmósferas de azufre, de potasio, de veneno.
Moléculas de carbono sobre mares radiactivos.
Y células que medran bajo toneladas de agua.
Y vida y muerte, y otra vez vida y otra vez muerte.
Y otra vez millones de años.
Y huesos, fuego, herramientas, campañas, tecnología.
Y poder, y servidumbre, y evasión, y fé.
Y al final mi propia vida sin sentido,
mi propia muerte sin sentido.

Pero mi rostro en las pupilas de mis hijas,
tu ropa interior asomando en un cajón de la cómoda,
Y la curva de tu cintura sonriendo entre las sábanas,
tan concreta
e infinita.


martes, 11 de marzo de 2014

Once eme

No matarás.
Si existe un paraíso,
es para los desarmados.
No matarás.
Los trenes llenos de bombas
y de espanto.

La mujercita rizada
se había jubilado
con su candor.

El nervioso ejecutivo
conversaba por el móvil
con un amor.

Una madre musulmana
abrazaba a su hijito
con un mantón.

Unos chicos negros y altos
eran  coro de su tierra,
como una voz.

Varias universitarias
repasaban  un examen
en el vagón.

La parejita reía,
se dan besos muy cortos
y su calor.

El chino de la ventana
recordaba el loto abierto,
su corazón.

Otros turistas cansados
sujetaban las maletas
y una flor.

Y así, tu padre, tu hija,
tu hermano, tu amigo o novia,
mi propio yo.

No matarás.
Dios lloraba por los vivos
y por los crucificados.
No matarás.
Los trenes llenos de alondras
entre los llantos.






miércoles, 5 de marzo de 2014

EL CAMINO DE TU VERDAD



A mi amigo Jose

El camino de tu verdad recorre selvas
llenas de ojos salvajes y de savia amarga,
acaricia sonidos y destellos, intuye y acecha,
siempre en la penumbra y en susurros.

El camino de tu verdad desciende a infiernos
de color púrpura, a templos de sudor y espejos,
donde la oscuridad es hija de la prisa 
y hermana clandestina del deseo.

El camino de tu verdad no cruza amplias avenidas
a mediodía, ni pasea enlazado por los parques,
ni se muestra en tu frente para que todos lo vean,
sino que es sinuoso y secreto como un pasadizo.

El camino de tu verdad está lleno de espinas
pero es puro y valiente como tu eres,
aunque tu amor sea un milagro más grande que el mío,
y aunque tus penas sean más tristes que mis penas.

IX-93

Mirando

Tus ojos son como la noche fría y distante,
como estrellas con luz que quieren brillar más.
Son como enredaderas trepadoras exhaustas
que quieren llegar muy alto y no pueden.
Tus ojos son como dos conchas perdidas entre los corales
que quieren encontrarse y no pueden.
Y tu mirada es lejana y a la vez cercana;
fría y a la vez cálida.
Es como el mar incansable chocando contra las rocas;
es fuego y a la vez agua.
Tu mirada es como un río desbordado buscando su cauce.
Es como dos personas que se quieren encontrar
y no se buscan.

lunes, 3 de marzo de 2014

Caballos del tiovivio vivo, de Lapiceros en el tejado

El caballito de ámbar
trota sobre las colinas,
al viento la crin salvaje,
tiovivo es cada día.

El caballito se come
la hierba que le acaricia,
se para junto a las piedras,
se sienta entre las encinas.

Corren las nubes de globo,
el sol es redonda isla
en los ojitos rasgados
del caballito que mira.

El caballito de ámbar
juega que juega en familia,
quince caballos que vuelan,
van y vienen, y relinchan.

Ha pasado la mañana,
la tarde dormita limpia
cerca del pueblito manso
de los álamos y espigas.

Caballitos de la tarde,
caballitos de la dicha,
son el alma de los niños
que, escondidos, los espían.

Con la luna y las estrellas
los caballitos se estiran,
con el color madreperla
del estío, ¡oh, maravilla!.

El caballito de ámbar
tiene en su corazón risa,
con él un cuento empieza
para un niño y una niña.

Mariposas,de Cántico el elipse

Íbamos de la mano.

- Quiéreme,
quiéreme de la mano.

Un néctar derramado,
principio de las obras
universales, halo
multiforme, ondeaba,
se prendía en un canto.

Quiéreme de la mano.

Íbamos de la mano.

- Quiéreme,
quiéreme de la mano.

A deshojados pactos
llevaban generosas
risas de nuestros años,
las que nos enhebraban
un tiempo madurando.

Quiéreme de la mano.

Íbamos de la mano.

- Quiéreme,
quiéreme de la mano.

Y eran puras las manos
y puro el rompeolas
de un paisaje con álamos
para lluvias delgadas
de colores y prados.

Quiéreme de la mano.

Íbamos de la mano.

- Quiéreme de la mano,
quiéreme,
quiéreme de la mano.

miércoles, 26 de febrero de 2014

Tertulia con esperanza, de Lienzo del aire

La paloma no subestima aromas
de las migas de pan ni del abrigo
del palomar, ni la hormiga escatima
su arraigo, ni el nenúfar su temblor.
La flor quisiera ser multicolor
con idioma de diosa sin rencor.
Los delfines de lomos sinuosos
saltan sobre las olas, las animan,
mientras los pececillos son fogosos.
Los reptiles se duermen, tortuosos
cuando existen relámpagos del clima
Y las ranas parecen suntuosas
al borde de la charca o en las ruinas.
Una roca se ve voluptuosa,
se sueña diminuta y preciosa.
Y la atmósfera todo legitima
y el firmamento expande su taller.
Y aquí, mujeres y hombres sólo miman
a su prole y esperan no ser víctimas
ni verdugos, aunque a ellos les opriman
las calimas que vienen de las cimas
del poder, la violencia o el padercer.
La vida no son sólo los diplomas,
no podemos caer en los castigos,
ni correr sin ponernos la autoestima
como fiel dignidad del propio honor.
Nacer es acoger todo el amor,
vivir es proponernos ser calor.
No queremos perdernos en un pozo,
contraer los latidos, ver partidas
de metralla o bombas como hongos.
No queremos infiernos ni el decoro
hipócrita que estalla como mina.
Para la gente la Tierra preciosa,
ni explotación ni ley injusta o criba,
sólo cualquier destello de una obra
más fuerte que el dolor o la encerrona.
La vida podría encontrar sus rimas
en los ojos que no saben leer
y en los que saben darse sin medida.
Para la gente tan sólo una brizna
de corazón, un compartir que diga
dónde sentir un gesto, una delicia
de ángeles con un amor de sed.

Verónica con la Santa Faz, cuadro del Greco

Con leve torsión, Verónica, concentrada, emotiva,
devocional, piadosa, pura, abstracta, contenida,
regalas la Santa Faz, majestuoso milagro
en fondo oscuro, tal fue el camino del Calvario,
dolor clavado de espinas en la frente coronada
con el sudor de los pobres encarnados en un alma.

Blanco, gris, sepia, morado y oro tu traje vergel,
tu óvalo de humildes ojos y heridos por sombras, cuevas
que sufrieron, reflexionan, traen  las voces de Israel
a tu voz quieta que amó Jesús besando una tela.

Cristo riza su semblante y su misterio se arquea
sobre el lienzo de alba y ocre, donde su imagen despliega,
refracta, aire y amor. Más que tristezas, trascienden
comprensiones sensitivas, hermosas, viejas y nuevas,
aleteos dulces, llamas de eternidad que se encienden.

El Cretense bizantino y occidental, genio místico
y a su manera acuoso, alargado, con versiones
de Verónicas y Faz, interroga a los espíritus,
abraza composiciones sobrias, psíquicas, escoge
la apócrifa y deslumbrante tradición de Nicodemo,
cuando habló de Berenice, que Vorágine recoge
y la Devotio moderna hace de su culto espliego.
¡Oh, ecos  triangulares, cuadrados, rectangulares,
sinuosas líneas, colores que fueron un equipaje,
inspiraciones maestras y los labios emigrantes!.

Introspección: sólo amor ante la Faz y la santa,
pues todo lo que nos roza el alma y la garganta
para cantar santo es. No quieras ver, corazón,
la dura Cruz, o el látigo, el costado en sangre y agua,
no quieras saber de crímenes, que el pintor sueña que abras
a esa mujer que sostiene un rostro con albedrío,
al hombre que nos decía soy tu hermano, padre, amigo,
madre, esposo, soy tus hijos, tu prójimo, el cosmos mismo..

¡Feliz Cristo de la Faz, que en el paño te haces símbolo!.
¡Feliz Verónica, fiel a quien caminó contigo!.
¡Feliz Doménikos, tú, el pintor de trazo lírico!.

Y tras el cuadro, la nieve de los siglos y la paz
de los óleos en un atlas de toda la Humanidad!.

Así ha sido, pintor íntimo. Así sea, Doménikos.

lunes, 24 de febrero de 2014

Oda libre, de Lienzo del aire

Si nunca hubiera hallado
la transparencia ingrávida en la palma
junto al viento salado,
no habría mar en calma
o a veces erizada, no habría alma.

Pero yo fui raptada
por ti, mi mensajero, y ascendía
a tu voz perfumada
y tu voz pretendía
que yo me enamorara cada día.

No te fueron ingratos
todos los resplandores de mis ojos.
Desde tus ojos gratos
me colmaste de antojos,
creaste más luceros en mis ojos.

Luego vino despacio
la vida que nos hizo compañeros
y siendo tú el espacio
y yo tiempos sinceros
recorrimos los besos verdaderos.

Por esta libertad
no cambio ni mis sombras ni mis luces,
no existe soledad,
basta con que tú cruces
por mi amor, donde como un dios reluces.

Por ser bueno te quiero,
como lo son el agua, el pan, las flores.
Por ser bueno te quiero,
como lo son amores,
por ser aire y borrarme los dolores.

Si nunca hubiera hallado
esta Tierra donde tú me has inscrito,
tu corazón alado,
mi corazón escrito,
mi alma te llamara con un grito.

Canción de la lluvia, de Lienzo del aire

Llueve. Gotas sin frío
en septiembre.

Eres como una viña,
naciente otoño anclado
en las hojas templadas
y maduras, arriba
aún sobre las copas
de las cepas de árbol,
en tropel, nunca solas,
con la lluvia que ha arado
un cerro o un tejado.

Llueve. Gotas sin frío
en septiembre.

Vuelvo a ser una niña
de lluvia. Se han gestado
crepúsculos y albas
con la lluvia tejida
por tus manos hermosas,
por un cristal mojado
y por la caracola
que cultivo a mi lado,
caracola de partos.

Llueve. Gotas sin frío
en septiembre.

Llueve. Ríes. Y giran
el otoño, cambiando
viña y hojas gastadas,
cerros y tejas míticas,
el tropel de las copas
de árboles callados,
el arado que evoca
amadas y amados,
niña en cristal, tu marco.

Llueve. Gotas sin frío
en septiembre.


Canción del tálamo, de Lienzo del aire

Nombra mi cuerpo,
amor mío,
ámame dentro.

Arde el tálamo, consuma
la lumbre de los deseos,
cuerpos en el gozo extenso
bajo los soles o lunas,
sobre ríos de silencio,
con embriones de espumas.

Nombra mi cuerpo,
amor mío,
ámame dentro.

Nos convocan la bravura
de cavernas y misterios
de los tallos, sentimientos
con su placer y ternura
y todos, todos los besos,
son para el alma mixtura.

Nombra mi cuerpo,
amor mío,
ámame dentro.

Los corazones rezuman
los paisajes que no vemos,
pero están cerca, exhibiendo
sus árboles de frescura,
sus ciudades y sus pueblos,
su cosmos de voz tan pura.

Nombra mi cuerpo,
amor mío,
ámame dentro.

martes, 18 de febrero de 2014

NO LO TOQUÉIS


No lo toquéis, por favor, dejadlo.
No necesita juicios, no admite consejos,
no precisa comentarios. 
No existe por ninguna razón más que por sí mismo,
no ha venido a alumbrar ninguna convicción,
no requiere aceptación, no pide pleitesía.
No entiende otro lenguaje.

Que no lo toquen los gestos manidos ni las convenciones,
que no se acerquen las pequeñas y grandes traiciones,
que se alejen las feroces fauces del miedo
porque lo devorarían sin piedad hasta su propia negación.

No lo toquéis, por favor, dejadlo.
Porque las deudas están pagadas y las promesas cumplidas,
porque no pide crédito ni auxilio,
porque es fuerte como un rugido salvaje
pero lo helaría una brisa maldita.

Es el momento y el hoy, y no ve más allá
que la inmensidad de su presente,
no es del pasado ni del futuro
y no comprende de sus leyes.

No lo toquéis, por favor, dejadlo.
Que no se acerque lo habitual, lo previsto,
que no lo manche lo que deba ser ni lo que se espera,
que no lo gobierne la razón, ni siquiera nosotros,
que se abstengan nuestra pequeñez y nuestra cobardía
porque no entiende ese lenguaje
ni puede obedecer esas leyes.

Dejadlo en el milagro de su desierto,
en el brote verde sobre la roca gris,
en la cuerda del equilibrista sobre un precipicio.

Porque no entiende otras leyes
ni habla otro lenguaje,
ni puede habitar otros espacios.

No lo toquéis, por favor, dejadlo.

lunes, 17 de febrero de 2014

Enarmónicos

Tus ojos llevan laurel
con gotitas de rocío
cuando me quieren cantar
porque los miro.

A veces son un trigal
con gorriones entre el trigo
cuando el aire va dorando
mis ojos íntimos.

Por tus ojos va el azahar
enlazando dos caminos
cuando liban mariposas
néctar de hilo.

La primera vez oí
tu voz como un haz de lirios
en tus ojos despertando,
corazón mío.

Y nací de tu mirada
y fue un parto infinito
que me otorgó su calor
para ser nido.

Quise ser gaviota y mar,
barquito y pez, red y aliso
bajo el sol y acantilado
y viento rítmico.

Quise ser montaña y valle
y meseta, pueblos, ríos,
para tus ojos que alumbran
todos mis bríos.

Tus ojos buscan estrellas
en las noches de albedrío
con los astros madreperla
de amor henchidos.

Son tallos de luz al alba,
y en el mediodía vivo
incrustan risas y sueños
con iris limpios.

Tus ojos tienen un mundo
con mis labios compartido.
Y mis ojos te los doy
sin sacrificios.

No me ciegan las palabras
que son en tus ojos vino
o son brújulas o tacto
de un dios antiguo.

















domingo, 9 de febrero de 2014

Estío, de Cántico en elipse.

En el estío rotundo se sentía en sí misma
la Tierra, que adoraba los fondos y las formas,
la curvatura exenta de la luna en la noche,
los tallos del anhelo, los pájaros del cénit.
Era la vida buena, la transparencia dulce,
y era la armonía aquel primer desvelo
que creaba en mí el signo de la naturaleza.

¡Hambre de amigo sólo saciaba con un nombre!.
Todos los llantos nuevos de adolescencia hería
la noria de unas letras. Manantial inefable
son mis ojos, pregonan intacta esta memoria
porque el pecho a su guía reconoce y responde.

El corazón fraguaba la comprensión profunda
hallándose en los trazos de cítara de un cielo,
desplegando las voces inocentes del pulso,
mirando vastas sendas de la unidad posible
- lo imposible no pudo ceñirme la cintura-
y como algarabía yo me mostraba entonces.

Primitivos arroyos dormían por mi carne,
ellos me prometían olor de arquitecturas,
levantar las montañas de su raíz de ancestros
y mover las pasiones por contacto de hombros.
Los días, uno a uno, se multiplicarìan,
la savia de un saludo cambiaría los gestos.

Yo pensaba en anillos engarzados y abiertos
de forma que cupieran en ellos más anillos.
Amaba sin medida, sin forzarme, cantando,
de par en par los bronquios, tal era la belleza.
Amaba, y por el alma germinaban celindos
y jazmines, mejillas y manojos de iris.

Mi cabello era hiedra, infinito sin sombra.
Me sentía horizonte del agua, de llanuras,
y de mínimas voces de jardines o cumbres,
un gen que conversaba con demiurgos tatuados
en las líneas del aire que rondaban los dedos,
con brotes de timbales en pegasos de nubes
y con auras del rostro de arterias que fecunda
embriones que crecen y arrugas que conviven.

Bastaba la existencia, bastaba la persona
excelente, querida: sensación de gorriones,
hormigas, elefantes, delfines y culturas,
caballitos marinos de baile desgranado,
esa fórmula múltiple que es la misma ley.

¡Amor, ágil estreno de un mundo por el mundo!.
Yo buscaba caricias entre las estaciones,
soñaba verde plata en los chopos de copas
en clave, don de origen y de feliz regreso.

Y fui como quería el yunque de mis labios,
me forjaba inerme la vida sin fronteras.
Quizás es suficiente, pero tengo nostalgia
de mi primera lengua, de mi primera herida.


viernes, 7 de febrero de 2014

EN EL ALAMBRE DEL TIEMPO


Camino en el alambre del tiempo,
sobre la espuma furiosa de un abismo acuático,
sobre los párpados urgentes de un dragón dormido,
sobre un adios, sobre un final y sobre una muerte.

Camino cerca del principio de los versos,
sintiendo aun la sacudida del delirio,
en el espacio que todavia no es memoria,
el espacio que nos lleva, que amanece y que no muere.

Camino enarbolando una desesperada confianza
Como la que tiene un animal acorralado
que lucha y se resiste a una derrota previsible
porque no entiende ese concepto y lo desprecia.

Camino bajo el sol de los pasados desiertos
y masticando aun las arenas del presente,
mojando la piel seca y los ojos medio ciegos
en los fertiles oasis de los espejismos

Camino arañando el aire a dentelladas,
y pretendiendo ser algo mas que mugre y polvo,
camino sobre una hora que podria ser la ultima,
mas me estiro y sobrevivo hacia la hora siguiente.

Camino en el paraiso azul de tus besos,
llorando tu piel y gritando tu sonrisa,
queriendo borrar todas las huellas y todos los caminos
y soñando que te pertenecen mis sueños.

jueves, 6 de febrero de 2014

Semillas en el corazón de los jóvenes, de El loto de los pobres

Las palabras son mundo. Ellas mecen la barca
de una hoja de otoño o brillo de luciérnagas,
el sol del alba, cántaros de fe para vivir,
un corazón latiendo con secretos y espinas.

Su esperanza es el loto de las lágrimas dulces
o una amorosa noche al pie del universo.
Su música es un cuerpo feliz, una cadena
rota, una ventana abierta, enredadera
de la verdad, un juego de niños. Se divierten
los antiguos deseos en bocas y mejillas
y pelo en cascada porque existen palabras.

Llevan jardín de dioses a lirios y jazmines,
ofrendas reveladas en cada luna nueva.
Cantan con las ideas a los pájaros, entran
con un suspiro dentro del infinito, besan
la sonrisa que damos, los dedos invisibles
de las preguntas, risas, miedos y reconocen
la lluvia del verano en la arboleda, gracias
de la leche y la miel de la abeja y el vino
Del ramillete joven de unas trenzas con velo.

Trabajan con perfume mojado de Vía Láctea,
dicha o vergüenza. Trono de luz pide su gozo
y multitudes vivas, laberinto de azar
convertido en los frutos que esperan los canastos.

Las palabras admiran la flauta del pastor
y son piedras preciosas aun durmiendo entre adobes.
Los siglos de tormentas hallarán su timón.
Corazón, vé con ellas a soñar sinestesias.
Inventa plenitud porque los pechos hablan.

Las palabras son mundo y harán con tu alfabeto,
herido por el barro, poemas en concierto.


miércoles, 5 de febrero de 2014

ESTA NOCHE, ENCADENADA


Esta noche caminas en la danza
gris de duelo, de sombra y de tristeza
en ese lugar que mi amor no alcanza.

Esta noche te envuelve en la maleza,
donde vive esa araña despiadada
que devora el confín de las certezas,

la misma que en tu vientre y tu mirada,
va tejiendo su red de incertidumbre,
y te arroja a los brazos de la nada.

Esta noche no habrá luz que te alumbre
ni futuro al que entregarle tus manos,
esta noche es tan sólo servidumbre

de ese miedo con rostro de gusano
que devora tus propios pensamientos
y manda sobre ti como un tirano.

Esta noche te ahogas en un viento
que sacude tu rumbo en la tormenta
alejando de ti tus sentimientos

y acallando las voces que te alientan, 
que te deja muda en la niebla espesa
negando las estrellas que te orientan.

Esta noche que tu corazón pesa
como un millón de vidas sin esencia
te ofrezco una palabra que te besa.

Quiero ser una voz de disidencia,
y un trueno para tu alma adormecida.
Yo sueño con ser parte de tu ausencia

y poder ser quien vende tus heridas.
Yo sólo quiero ser el mensajero
que te lleve noticias de tu vida.

Yo siempre estoy aquí, yo siempre espero.

GANGES, de El loto de los pobres

Para bañar las pústulas el río vuela oscuro,
para tocar la carne o el corazón anclado,
para abrazar las ropas del tumulto, expresado
en los labios que beben agua del río duro.

Para llevar dormidos animales, maduro
pájaro de dolor y afecto levantado
por el deseo hondo de vivir, anegado
el tiempo entre la arena, el río se hace puro.

Para quemar las naves de piel es río es llama,
para encontrar el mar el río es un camino,
para mirar al cielo su corriente se inflama.

Y la inmortalidad desbarata al destino
de los pobres , y luego sonrìe, fluye, clama
el río y soplan brisas con un grito divino.

DE NUESTRA MADRE A NOSOTROS, de Lapiceros en el tejado

¡Salid al aire que germina
con pétalos y mariposas!
¡Ved las cigüeñas tan hermosas
y las cigarras y las lilas!

¡Salid al aire que nos mima
y nos conmueve con sus olas!
¡La luz florece, arde, nombra
la vida con formas divinas!
¡Salid, notad cada detalle,
salid, salid, salid al aire!

¡Salid al aire, niños, niñas,
salid, salid, salid, que hay cosas!
¡El aire se merece obras,
hace crecer nuestra autoestima!
¡Soñad, salid, con rostro amable,
salid, salid, salid al aire!

¡Salid al aire donde brillan
los arrabales y las chozas!
¡Donde está el hambre están las bocas,
en las ciudades, pueblos, islas!
¡Salid al mapa entro, al aire,
salid, salid, salid al aire!





RUBOR, de mi libro Cántico en elipse, editorial Celya.

Ebrios árboles cerraron
el beso, espacio redondo,
con un broche de manzanas.

Estrellas de jade había,
secreto y firme su pozo,
abriendo noche y mañana.

Y por las cuerdas vocales
el beso inspiraba gozo
en convergentes gargantas.

Aire, pon aquel tesoro
en las calles donde odios
embisten con sus espadas.

Aves, sellos de los besos
más sencillos y de todos,
me querréis ya brava y mansa.

Por un beso han sido corzos
mis lágrimas y es un coro
de energías mi mirada.

Deseo: acto de esparto,
hálito y tea y esbozo
del misterio, sierpe sabia.

Beso de piel en los poros
de juventud siento, loto
en los pómulos, mi ara.

Gracia completa del beso,
inteligencia, yo nombro
un beso que me nombraba.

Aire, pon aquel tesoro
de silencios en un trono
de ébano o nube blanca.

Aves, besad cualquier beso.
Mi primer beso es acopio
de la sed multiplicada.

Nadie vive sin sus besos,
que son plurales. Yo tomo
mi ramillete, esperanzas.




martes, 4 de febrero de 2014

EL POEMA MÁS HERMOSO


Algún día escribirás el poema más hermoso.

Algún día, no muy lejos, verás la cáscara amarga, olvidada,
pasto del silencio, yerma y sin retorno,
de lo que fuiste, de lo que creiste ser,
o de lo que quisieron que fueras,
como una vieja corteza sobre la que crece el musgo
ignorante del sentido que esa corteza tuvo.
.
Algún día las palabras serán las tuyas, tu mirada verá lo cierto, 
tu nombre será tu nombre,
lejos de lo que te obliga o de lo que se cierne,
sin nada que cobrar y nada que deber.
Tu nombre sólo será tu nombre,
no tendrá otro acento en otros labios,
no será algo que se espera o algo que se demanda.

Algún día no hará falta rima, ni cadencia,
ni ritmo al que adaptarse, ni métrica que respetar.
Sólo tu piel al viento como las hojas de un árbol,
que nada al viento piden y nada le entregan
más que el juego de delicia de su propio contacto,
y tu mirada tranquila, serena ante el espejo
que no devolverá sino tu rostro, y será suficiente.

Algún día las mañanas sólo serán mañanas,
el simple sol naciente acariciando los campos,
pintando los edificios y dorando las nubes,
promesa de un aire nuevo que no corte el aliento,
promesa de mediodías y de atardeceres,
y de la noche siguiente y de un nuevo día,
de una nueva mañana sin pena y sin miedo.

Algún día, no muy lejos, la voz será tuya
para escribir el poema más hermoso.

AZUL


No sé de qué material se hacen los días perfectos,
no sé de qué ropajes se envuelven,
aromas, sabores, colores.
Tal vez la música de un río, el dibujo de una casa
con su hierba irreal, limpia, fresca y monótona.
Tal vez sean sábanas, una luna llena, 
un frescor azul
que inunda las ventanas.
Tal vez millones de pequeñas cosas o un par de cosas enormes.
Tal vez, simplemente, el coraje y la inocencia de creer.
No, no sé de que secretos se nutren, de qué fantasías se llenan.
No sé si quiero saberlo.

El hoy es un frágil rival para el eterno mañana,
un valiente cruzado para un dragón implacable 
de cuya boca de acero brota un rumor lógico, 
cargado de datos y estadísticas, 
que todo lo niega y lo fulmina,
lo analiza,
lo remeda,
lo destruye.
Un dragón vestido de colores chillones
que repite una y otra vez los mismos versos,
como la navidad cuando nos echan de la infancia.

La verdad es poco ejército para el peso de la realidad.
Huracanes de noes, huracanes de nadas,
pondrán los puntos sobre las íes, resolverán los algorritmos,
y querrán poner los verbos en pasado,
me querrán convencer de que estuve vivo un día,
de que sentí el aroma del río y el color de la hierba.
de que hubo brisas enredadas en tu cuerpo,
de que sobre tu piel lloré mi vida, mi muerte y mi renacimiento.
Abrázate a lo que será, susurran,
y que una sonrisa condescendiente lo desnude de sentido.

No.
Yo no.

Yo estoy.
Yo siento.
Yo lloro.

Música, sábanas, hierba, luna, brisa.
Azul.